Fabada
Este plato se caracteriza por el sabor delicado de las judías, el caldo o fondo graso y aroma ahumado del conjunto que lo aportan los embutidos ahumados, el chorizo y la morcilla asturianos. El amontillado es el aliado perfecto para que una fabada se convierta en una experiencia gourmet. Su carácter seco equilibrará la sensación grasa, sus notas salinas potenciarán aún mas el sabor del conjunto y el fondo tostado del vino armonizará con el ahumado del plato.
Ingredientes para 6 comensales
500 g de judias banca (fabes)
2 morcillas asturianas
2 chorizos asturianos o ahumados
100 g de jamón en un trozo
100 g de panceta
150 g de aceite de oliva virgen extra
1 cebolla
2 dientes de ajo
Hebras de azafrán
10 g de pimentón dulce
Agua o caldo de ave
Sal
Media manita de cerdo (opcional)
Media oreja de cerdo (opcional)
Elaboración
Poner las judías en remojo 12 horas. Pasado este tiempo escurrirlas y enjuagarlas con agua y volver a escurrir. Poner la judías en una olla, cubrirlas de agua y llevarlas a ebullición. Al romper el hervor apartarlas del fuego y escurrir. En otra olla con agua fría poner las judías, el agua debe cubrir las judías ligeramente. Añadir la cebolla picada fina, los dientes de ajo pelados y enteros, el aceite y si se opta por usar manita y oreja se incorporan en este momento. Se pone la olla a fuego vivo hasta que comience a humear el agua y entonces se baja a fuego bajo/medio pero sin que deje de hervir muy suave. Mientras va tomado calor la olla añadir el jamón, los chorizos y la panceta. Tapar la olla y dejar cocer a fuego suave unas dos horas y media. Hay que tener en cuenta que dependiendo de la calidad de la legumbre y de la dureza del agua el tiempo final de cocción puede variar por lo que habrá que vigilar y probar de vez en cuando su evolución.
A falta de 20 o 30 minutos para que las judías estén tiernas, incorporar a la olla las morcillas y en ese momento sazonar con sal y añadir unas hebras de azafrán disueltas antes en un poco de caldo. Durante la cocción controlar que las fases no quedan al descubierto y si es necesario aguar un poco de agua o caldo. En busca de una receta menos grasa que la original, algunos cocineros optan por dar una cocción previa de media hora a los chorizos, la morcilla y la panceta, para desengrasar y los incorporan de esta manera a la receta reservando el agua con la grasa extraída para añadir un poco de sabor la fabada si fuera necesario. También en este caso descartan el uso de la manita y la oreja.
Hay que tener en cuanta que como en todo este tipo de guiso la fabada suele estar mas rica dejándola reposar de un día para otro.