Lo he comprobado un año más: cuando llega el calor, el cuerpo me pide Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Es como si el paladar tuviera memoria térmica. En cuanto el sol aprieta, mi nevera empieza a hacer sitio para esas botellas del Marco de Jerez que, sin buscar protagonismo, saben estar en su lugar exacto: a la izquierda de una ostra, detrás de una ensalada refrescante, entre los dedos que se manchan pelando langostinos. Hay algo casi automático en este gesto: abrir una botella de Manzanilla de Sanlúcar bien fría cuando cae la tarde y el cielo se pone rosa. Y no es solo costumbre: es placer aprendido.
Quizá por eso me cuesta tanto entender que haya quien siga preguntando qué comer con Manzanilla de Sanlúcar, como si no fuera obvio. Porque si hay un vino pensado para el calor, para las comidas ligeras, para los sabores salinos, para el ritmo más lento del verano, es éste. Lo que sigue no es una lista técnica ni una selección académica de maridajes con Manzanilla. Es una invitación: la mía. Para que este verano la Manzanilla de Sanlúcar no sea una excepción en tu mesa, sino la norma. Fresca, vibrante, con Denominación de Origen propia y siempre con buena compañía.
¿Por qué la Manzanilla de Sanlúcar es el vino ideal para el calor?
En serio, ¿hay algo que se beba mejor cuando el termómetro marca treinta y pico? La Manzanilla no satura, no pesa, no abruma. Entra fácil y deja ganas de más. Y todo eso sin necesidad de hielo, ni pajitas, ni florituras. Si te interesa el porqué técnico, el famoso velo de flor, te recomiendo leer este artículo. Pero si lo que quieres es saber por qué te va a encantar este verano, la respuesta es más simple: porque refresca y alegra.
Notas de cata y perfil: frescura, salinidad y elegancia
La Manzanilla de Sanlúcar huele a brisa marina, a almendra fresca, a esa panadería del pueblo que abre a las cinco. En boca es afilada, seca, con un toque salado que no necesita salero. Es sutil pero con carácter, como esa amiga que no habla mucho pero cuando lo hace, todos la escuchan.
Cómo servirla correctamente: temperatura y copa
Yo lo tengo claro: mi copa es de vino blanco, nunca de catavinos, y la sirvo fría, pero sin congelarla. Entre 6 y 8 grados, como mucho. Y si tengo terraza (o balcón), la llevo allí. La Manzanilla sabe mejor cuando se bebe al aire libre y sin prisa.
Maridajes con Manzanilla de Sanlúcar para aperitivos veraniegos
Mariscos frescos: almejas, langostinos y ostras
Pocos placeres tan inmediatos como una docena de ostras y una copa de Manzanilla de Sanlúcar. Y si la economía no da para tanto, unas almejas a la marinera o unos langostinos cocidos hacen el mismo efecto. Esa combinación de yodo y frescura es tan perfecta que parece diseñada por un algoritmo del buen gusto.
Ensaladas ligeras con toque cítrico o vinagretas
La típica ensalada con atún de lata y maíz está bien. Pero ponle pomelo, una vinagreta con mostaza antigua o incluso un toque de hinojo fresco, y entonces sí: la Manzanilla de Sanlúcar entra a jugar. La acidez del aliño se abraza con el vino y juntas refrescan más que un chapuzón.
Tartar de atún o ceviche: fusión con acidez
Si el atún es rojo y el cuchillo afilado, el tartar es imbatible. Yo le pongo lima, cebolla morada, un poco de aceite de oliva y sal de escamas. Y sí, Manzanilla de Sanlúcar. Porque esa salinidad marina del vino redondea el conjunto sin enmascarar nada.

Platos principales perfectos para Manzanilla de Sanlúcar
Pescado frito andaluz: el combo clásico infalible
Si hay algo que me transporta al sur sin moverme de casa es un cazón en adobo y una copa de Manzanilla. Crujiente por fuera, jugoso por dentro y ese punto especiado que solo este vino sabe domar. ¿Qué beber con pescaito frito? Lo de siempre: Manzanilla de Sanlúcar.
Arroces marineros y paellas de marisco
Un domingo cualquiera: arroz con chipirones, gambas y un fumet bien hecho. La Manzanilla de Sanlúcar lo acompañará a la perfección. Y cuando se calienta un poco en la copa, incluso mejora. Porque sí, este es uno de esos vinos que ganan con el paso del tiempo, con la conversación, la compañía y la comida.
Cocina japonesa: sushi, sashimi y tempura
La primera vez que probé sashimi de corvina con Manzanilla de Sanlúcar entendí lo que era la armonía. Y con tempura (de verdura o langostino) la textura crujiente y el punto graso se limpian en boca con una facilidad casi mágica. Si tienes dudas sobre cómo la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda y Japón encajan, prueba una vez estos maridajes. Luego hablamos.
Maridajes sorprendentes y en tendencia con Manzanilla de Sanlúcar
Quesos frescos y semicurados (payoyo, cabra suave)
Sé que no es lo más habitual, pero los quesos de cabra frescos o semicurados van genial con la Manzanilla. Especialmente los de corteza lavada o los que tienen un punto ácido. Es un maridaje silencioso, sin fuegos artificiales, pero que se queda en boca un buen rato.
Tapa veggie: sopa de remolacha
La sopa de remolacha con un toque de comino y vinagre de Jerez se ha convertido en un básico en mi cocina. Si le añades un chorrito de aceite bueno y lo sirves con pan de masa madre, tienes el aperitivo perfecto para una copa de Manzanilla de Sanlúcar.
Fusión latino-asiática: baos, tacos ligeros, poke bowls
La comida fusión me gusta cuando no se complica. Un bao de panceta, un poke con mango y atún, un taco con pescado rebozado. La Manzanilla actúa como una especie de puente entre sabores. Se adapta, conecta y resalta todos los sabores sin enmascararlos.

Dulces y postres para cerrar con Manzanilla de Sanlúcar
Sorbetes cítricos y helados suaves
Un sorbete de limón o de albahaca es el broche perfecto para una comida de verano. Aquí el vino no busca competir, solo prolongar la sensación refrescante.
Postres con manzana, pera o frutos blancos
Una tarta de manzana templada, con masa quebrada y sin un exceso de azúcar, funciona sorprendentemente bien. Igual que unas peras pochadas con especias suaves. La clave es mantener el azúcar bajo y el sabor en alto.
Manzanilla de Sanlúcar en coctelería dulce: una tendencia al alza
Si te atreves, prueba un cóctel sencillo: Manzanilla, soda de limón natural y una rodaja de pomelo. Es refrescante, elegante y sorprende incluso a los más escépticos. Ideal para cerrar una comida o arrancar la siguiente.
Consejos para disfrutar Manzanilla de Sanlúcar este verano
Cómo guardarla, servirla y conservar su frescura
Una vez abierta, a la nevera y bien cerrada. Mejor en botella pequeña que en magnum. Y si puedes, termínala en una semana. Pierde intensidad con el tiempo.
Ideas para organizar una cata de verano en casa
Unas cuantas botellas distintas, algo de marisco, pan bueno y buena música. Cada quien que traiga una tapa y su copa. El resto lo hace la Manzanilla de Sanlúcar.

Jordi Luque escribe sobre vinos y comida desde hace 15 años. Ha colaborado con los medios españoles más relevantes y ha publicado varios libros, entre ellos Vinos Libres (Planeta Gastro, 2022), un libro con el que consiguió el World Gourmand Award a la mejor publicación sobre Enoturismo. También es profesor de Historia de la Cocina.